Para los que no somos sanchistas, la opción que ha elegido Pedro Sánchez de hacerse la víctima parece una estupidez. Él ha optado por presentarse sorprendido y defraudado por los suyos tras un análisis que, en realidad, parece totalmente racional. Es bastante posible que esa escenificación ante los españoles ya la tuviera preparada y ensayada desde hace tiempo. A mí me parece que, racionalmente —insisto—, haciendo un análisis frío y calculador, la opción de víctima de una traición es la mejor, si no la única. Pedro Sánchez y su equipo deben haber leído mucho y repasado a fondo los escritos de Sun Tzu y Maquiavelo. Ellos, Pedro y su equipo, tienen una ventaja frente a los ciudadanos: no hay emociones en sus cálculos, solo intereses. Los ciudadanos, en cambio, filtramos las acciones de ese equipo maquiavélico —literalmente maquiavélico— con nuestra ira, patriotismo o ilusión; emociones y pasiones que perturban notablemente nuestra capacidad de análisis. Ellos no. No sufren ese tipo de d...
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