Un muro para los españoles

Una aclaración previa: este artículo va dirigido a los españoles que observan la política con racionalidad y no con pasión. En lenguaje futbolístico, a los que les gusta el fútbol más que el Madrid o el Barça. Si tu votas con el corazón o con el estómago o decides a quién elegir en función de en qué bando estaba tu padre o tu abuelo, no tiene ningún sentido que lo leas. Puedes dedicar esos 5 minutos a cualquier otra cosa, ver Tele 5 o La Sexta, por ejemplo.

Es inevitable sentir una gran ternura cuando vemos como los niños creen en los Reyes Magos o en Papá Noel. A todos nos gusta recordar cuando esperábamos ansiosos a ver los regalos la mañana de Reyes. Sentimos nostalgia de esa inocencia. Necesitamos sentir la emoción y la sorpresa. Nos fastidia enterarnos antes de tiempo de que hay dentro de ese paquete envuelto en papel de colores. Es algo que, por alguna razón, forma parte de nuestros mecanismos cerebrales.

Todo eso es muy humano. Nuestra resistencia a ver la realidad y quitarle el envoltorio de ilusión y misterio seguramente es algo que necesitamos pero, a menudo, también es algo que nos traiciona, nos impide entender lo que nos pasa y nos hace difícil reaccionar a tiempo frente a circunstancias que nos perjudican. Dicho más directamente, una cosa es que nos gusten los ilusionistas y los prestidigitadores y otra que creamos que son realmente magos. Los profesionales del ilusionismo saben bien que los espectadores no ven los trucos por dos razones, la primera es que el artista distrae su atención mientras ejecuta el truco y la segunda, simple y primaria, es que el espectador prefiere no ver el truco para no frustrar su propia ilusión.

Pero en algún momento hay que abandonar la ilusión del espectáculo y mirar a la realidad. No es fácil. Nos cuesta. Es duro enterarnos de que los Reyes Magos no existen por eso necesitamos que nos lo digan varias veces. Es un luto, y como en todos los lutos genera una primera reacción de negación

Pues de eso va este artículo. De sacarnos de nuestra inocencia política y mirar frente a frente a la realidad. Las ideologías no existen o no importan. Los partidos son aparatos económicos que utilizan como argumento para ejercer su poder, fundamentalmente económico, la cantidad de ciudadanos que los han votado o los pueden votar. 

Estos aparatos económicos, lobbies en lenguaje internacional, utilizan el poder que obtienen con esos votos para cuatro cosas:
  1. Proteger su poder. Es su primera prioridad, proteger el poder que han conseguido evitando que cualquier otro poder, formal o no, ponga en peligro su hegemonía.
  2. Conseguir beneficios económicos y privilegios sociales para el propio lobby y para sus dirigentes.
  3. Hacernos creer que defienden un modelo de sociedad para el que usan los votos, utilizando su poder económico para manejar los mecanismos de propaganda.
  4. Dirigir a las estructuras funcionariales para que se realicen algunos cambios que sus votantes puedan presentar como acierto de su elección.


Cuando votamos lo que en realidad hacemos es elegir cuál de los lobbies creemos que debe tener más poder. Ya lo sé, soy un aguafiestas. A todos nos hacía mucha ilusión creer en los Reyes Magos de la democracia y en aquello de los tres poderes. Pues os traigo muy malas noticias, todo eso hoy no es más que un teatrillo.

Los votantes de Podemos, a los que les han demostrado que ni Melchor ni Gaspar le han traído el chalet de Galapagar a Pablo Iglesias, siguen negándose a ver el truco del ilusionista.

Los votantes del PP, a pesar de haber visto como los chicos a los que votaron nos han robado y se han hecho multimillonarios, siguen pensando que a esos mercenarios les importa algo el liberalismo o una bandera.

Los votantes del PSOE siguen indultando moralmente al aparato político andaluz que desvió cientos de millones de euros públicos para utilizarlos en sus intereses particulares. Prefieren seguir pensando que votan a un partido de izquierdas aunque nadie sea capaz de aclarar a qué llamamos izquierda o por que un lobby económico como el PSOE representa a la izquierda.

La inclinación de los humanos a buscar siempre un nuevo objeto de ilusión es, de facto, la única razón auténtica para que tantos españoles hayan decidido votar a VOX. La terca realidad nos ha demostrado que los Reyes Magos clásicos, PP y PSOE, no son tales y que las versiones renovadas de este mito, Podemos y Ciudadanos, han dejado muy claro, una con éxito y la otra fracasando, que solo buscaban otros caminos para acceder a la categoría de lobby. Un grupo de hábiles chicos, utilizando hashtags abandonados por los anteriores lobbies (nostalgia, nacionalismo o xenofobia) han inventado VOX, un nuevo objeto de ilusión que va camino de convertirse en un nuevo lobby.

En Foro Séneca, con nuestro enfoque apartidista y nuestra defensa de la racionalidad, llevamos meses trabajando, como parte de la construcción de una visión de futuro para España, en un gran proyecto, dirigido por José Ramón Riera, para demostrar, a los españoles capaces de seguir utilizando la razón para elegir su futuro, que esa gran maquinaria que ha generado la hipertrofia de los Partidos Políticos es una indiscutible y terrible realidad.

Hay razones muy importantes para que hayamos decidido poner este tema como primer centro de nuestros esfuerzos. La hipertrofia de los partidos ha acabado, casi totalmente, con la estructura democrática que se construyó con la Constitución del 78, acapara una parte importantísima de los nuestros recursos económicos, pone en gran riesgo la viabilidad social y económica del Estado Español y, a mi juicio la razón más importante, hace casi imposible aportar a nuestros jóvenes un proyecto ilusionante para el futuro.

La hipertrofia de los partidos políticos se ha convertido en el muro que separa a los españoles de su futuro. Por eso es tan importante que lo entendamos y nos unamos en una Revolución Serena que desmonte el muro


Solo voy a dar dos cifras para que los españoles racionales puedan entender las dimensiones y la gravedad de este muro:

  • Con los impuestos que pagamos todos se mantienen en España 560.000 empleados públicos que son elegidos por los partidos políticos, arbitrariamente y sin ningún control. Sí, siento daros tan malas noticias, pero esta es la realidad.
  • Estos empleados de los partidos nos cuestan más de 30.000 millones de euros cada año. Se supone que desde la UE nos van a llegar 140.000 millones para relanzar nuestra economía. Utilizando adecuadamente lo que los partidos gastan en mantener sus macro tenderetes, en 5 años, dispondríamos de, al menos, 150.000 millones, sin incrementar la deuda y construyendo una economía que daría futuro e ilusión a nuestros jóvenes.

Buscando Foro Séneca en Google, visitando nuestra web www.foroseneca.es, siguiéndonos en facebook, en twiter y en nuestro canal de YouTube podéis encontrar información mucho más detallada sobre la hipertrofia de los partidos, sobre lo que es Foro Séneca y en qué consistirá la #RevolucionSerena que vamos a vivir en los próximos años.

Si has llegado hasta el final de este artículo es que te consideras un español racional y, seguramente, nos puedes ayudar a demostrar que 

Tenemos la obligación de perder la inocencia política


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