Corrupción: La botella medio VACÍA Y medio LLENA


Podemos ver las botellas medio VACÍAS O medio LLENAS. Hay quien tiende a verla siempre medio llena, lo llamamos optimista, y quien tiende a verla medio vacía, el pesimista. Pero la verdad es que las botellas de las cosas reales siempre están medio VACÍAS Y medio LLENAS. Es casi imposible que avancemos en un tema real si no entendemos lo que hemos conseguido y lo que nos falta por conseguir.

Concretamente, en el tema de la lucha contra la corrupción en España hay hechos que nos hacen ver la botella llena y otros que nos hacen pensar que aún queda mucha botella vacía.

La botella llena


Rodrigo Rato y Figaredo, que fue Director Gerente del Fondo Monetario Internacional, Vicepresidente del Gobierno Español, Ministros de Economía y Hacienda, ha sido investigado, procesado y condenado por corrupción. Hoy mismo ha entrado en la prisión de Soto del Real. La justicia española y, por tanto, el estado español y la democracia española, son capaces de proceder eficazmente contra un personaje aparentemente intocable.


Mariano Rajoy y sus ministros fueron destituidos de sus cargos y la cúpula dirigente del partido gobernante ha terminado por salir de la política. El Parlamento Español ha quitado del gobierno al partido más votado en las últimas elecciones porque una sentencia de la Audiencia Nacional sobre el Caso Gurtel declaró probadas las actividades corruptas del Partido Popular.


Iñaki Urdangarin Liebaert, esposo de Cristina de Borbón y Grecia, yerno del Rey Emérito Juan Carlos de Borbón y Borbón-Dos Sicilias y cuñado del actual Rey de España Felipe VI, ha sido investigado, procesado, condenado y encarcelado por sentencia de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca.




Manuel Chavez, Presidente de la Junta de Andalucía durante 11 años, Vicepresidente del Gobierno de España, Ministro en tres carteras diferentes y Presidente del PSOE, y José Antonio Griñán, Presidente de la Junta de Andalucía, Ministro en dos ocasiones del Gobierno de España, han sido investigados, procesados y, finalmente, se han visto obligados a abandonar la actividad política.

Las cifras de la corrupción en España demuestran que no hay total impunidad: 1.700 casos, más de 500 imputados y 20 personas en prisión y muchos que han pasado por la cárcel, han perdido sus cargos o han tenido que abandona la política, son argumentos disuasorios para los políticos que pretenden utilizar sus cargos para enriquecerse.

La botella vacía


Algunos personajes notables, como Jordi Pujol, José Bono o José María Aznar, sobre los que hay sospechas y rumores parecen ser intocables. Estos políticos no solo no han sido imputados, sino que ni los tribunales se atreven a investigar ni los medios de comunicación se atreven a hablar sobre ellos. Solo hay rumores y sospechas pero la el silencio de tribunales y medios sobre estos casos, nos trae un terrible olor a impunidad amparada en amenazas de destapar realidades abominables.  

La influencia de los políticos en la estructura de la justicia. La evidente acción de los partidos más implicados en casos de corrupción para influir en los tribunales, poner y quitar jueces y fiscales y conseguir los retrasos necesarios para que muchos delitos prescriban, son síntomas de que queda mucho que mejorar en independencia del Poder Judicial y eficacia de la justicia.

La dificultad, o incapacidad, de los jueces para desmontar las complejas redes de corrupción de los partidos, como la que tejió el Partido Popular en Madrid y Valencia, o el la del PSOE en Andalucía. Este problema tiene una gran influencia en que progresen los políticos más cínicos y no se acerque a la función pública personas capaces y honestas.

Los indultos de los políticos a políticos. Casi trescientos políticos indultados en 20 años y, sobre todo, la muy sospechosa circunstancia de que ningún partido tenga escrúpulos en indultar a corruptos del adversario, demuestran que la intención de encubrir los delitos de la “profesión” sigue siendo algo muy por encima del valor del “espíritu de servicio”.

La cantidad, variedad y profundidad de los privilegios de aforamiento. La condición de aforado, defecto notable de la democracia española, es un factor (junto con la manipulación del Poder Judicial, el corto plazo de prescripción de los delitos de corrupción y los indultos) que hace muy difícil reducir el margen de impunidad efectiva y la sensación de impunidad de los políticos.

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