Buscamos a los mejores
Decía Platón que “El precio de desentenderse de la política
es ser gobernado por los peores hombres”. Hace años que estoy muy de acuerdo
con este pensamiento de Platón y, aunque quisiera, no puedo (ahora tampoco
quiero) desentenderme de la política.
Hace tiempo que decidí que cuando las circunstancias me lo
permitan voy a dedicar mi capacidad, mientras la tenga, a la política. Ya llevo
años pensando en que hacer, cómo hacerlo y con qué límites.
Estoy seguro de que muchos de mis amigos, colaboradores y
familiares se sorprenderán al leer esto, otros muchos entenderán, los que más
me conocen, que no hago más que salir del armario de las personas inquietas que
tardan en decidirse a dar un paso al frente.
Debo empezar por reconocer que no soy político ni tengo
experiencia en ello ni, seguramente, vocación para trabajar en política al uso.
Soy ingeniero, de nacimiento creo, y empresario por vocación, necesidad y por
ambición. Por lo tanto sé que nunca ocuparé ningún puesto político y que mi
contribución debe orientarse más a aportar mi experiencia y mi inteligencia (y
mi sabiduría si hay algo de eso) a ayudar a reflexionar, entender y buscar
soluciones a los problemas que la sociedad va encontrando o encontrará en el
futuro.
Asumir desde el principio que debes renunciar a tentaciones
de cualquier tipo de poder tiene cierta dificultad para una persona
acostumbrada a ejercer el “poder” en su limitado ámbito empresarial pero
también tiene muchas ventajas. Las enumero según las veo:
- No hay presión de plazos. Lo que significa libertad para buscar las mejores soluciones y formar opiniones sin condicionarlo en quien ni cuándo va a utilizar esas propuestas.
- Sin hipotecas ideológicas. Pensando, por tanto, con libertad para distanciarte de posturas tópicas de izquierda o derecha o progresista o conservador.
- No ser un riesgo para los poderes reales ni políticos ni fácticos. Con la capacidad de abrirte a analizar y proponer planteamientos sin el riesgo de pisar a nadie.
Asumir estas premisas de partida no significa de ningún modo eludir el compromiso
con las ideas y las personas, muy al contrario, significa enfocar mi compromiso
a todo lo que de verdad pueda significar beneficios para la sociedad y los
individuos y no con el poder o los intereses.
He dedicado muchas horas a pensar que puedo aportar yo y por
qué debo hacerlo. Empiezo por el final ¿Por qué? La respuesta es fácil: por
responsabilidad. No puedo, sin sentir una profunda vergüenza, observar los
grandes defectos de la sociedad en la que vivimos y encogerme de hombros
mientras crea que puedo hacer algo, aunque sea poco. Dicho de otra manera, creo
que si tengo la inteligencia y el conocimiento para ver errores y soluciones y
la capacidad de comunicar, reflexionar o construir propuestas, tengo la
obligación de hacerlo.
No puedo, siendo honesto, alegar las típicas excusas: no
valdrá de nada, ya están los políticos, tengo otras cosas que hacer, etc. No,
no puedo. Tengo la obligación de poner mi granito de arena, con humildad pero
sin falsa modestia. Asumiré que sean granitos de arena pero intentare
convertirlo en algo potente y valioso. Lucharé para conseguirlo.
La segunda parte ¿Qué voy a hacer? Estoy convencido de que
en lo que más puedo aportar es en movilizar y coordinar a personas para
analizar la realidad y sus problemas y proponer e impulsar propuestas de
soluciones. He lanzado una iniciativa la que he llamado Proyecto Iceberg. Hoy
no es más que una Página de Facebook. Bueno en realidad es mucho más, Proyecto
Iceberg es la concreción de mucha ilusión por ser útil y muchas horas de
reflexión concentradas, hasta ahora, en una simple Página de Facebook.
Pero espero mucho más. Tengo una visión muy ambiciosa. Me
gustaría que Proyecto Iceberg se convirtiera en un gran grupo de personas independientes,
honestas y capaces que aporten su inteligencia, sus conocimientos, su capacidad
de trabajo y, lo más importante, su ilusión y su corazón, para intentar
transmitir a las próximas generaciones una sociedad mejor.
Quiero cerrar este documento con una confesión. ¿Para qué
escribo esto? Lo hago por dos razones muy importantes:
1. Comunicar a la gente que me conoce
que sí, estoy loco. Voy a dedicar, en la medida que pueda, toda o casi toda mi
energía a este proyecto.
2. Pedir ayuda. Necesito toda la
ayuda que podáis aportar. Necesitamos cerebros y corazones buenos y frescos
para comprometerse con este proyecto. Necesitamos a los mejores
Sinceramente creo que este Proyecto me va a pedir mucho
esfuerzo durante los próximos años pero tengo que reconocer que ya me está
devolviendo una ilusión y una energía que supera con mucho mi aportación.
Aquí me tienes 100% de acuerdo contigo, y al igual que me ayudaste y seguirás ayudándome en La Fundación @Los Álamis" aquí me tienes a mí, como si estuvier llegando a la madurez de los 50 aunque ya sobrepasó los 82 y ..... ls experiencias, es la madre de la Ciencia ����������������
ResponderEliminarFundación "Los Álamos" perdón por el error en la denominación de "nuestra" Fundación que ya ha cumplido su XI Aniversario y si sirvo, valgo o soy útil para algo en tus importantes planes, te reitero que me tienes al 100% a tu leal , honesto y amistoso servicio.
EliminarHola José Luis. Muchas gracias por tu mensaje. Espero que pronto nos veamos para contarte los planes del Proyecto Iceberg
EliminarUn abrazo
Hola José Luis. Muchas gracias por tu mensaje. Espero que pronto nos veamos para contarte los planes del Proyecto Iceberg
ResponderEliminarUn abrazo
Cuenta conmigo a la distancia.
ResponderEliminarMuchas gracias Noemi
EliminarTe involucraremos
Manolo cuenta conmigo, me gusta el proyecto y la idea.
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